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Con gran optimismo y entusiasmo se espera el 7 de junio, fecha señalada para iniciar actividades escolares; sin duda, salvo casos de excepción, volveremos a la socialización educativa.
Como medida para evitar contagios por Covid-19, hace más de un año se suplieron las clases presenciales y se tuvo que acudir a medios electrónicos, los cuales en muchos casos han sido un fiasco, aunque fue el único sustituto viable. Deseamos que la madurez para aceptar que nada podrá ser como en el pasado se haga presente. Para el 7 de junio, las instalaciones de los Centros Educativos deben encontrarse en excelentes condiciones de higiene; sería un grave error que la imprudencia al afrontar el cambio, propiciara nuevamente infecciones. Se requiere que cada plantel, acorde a sus características, reanude las clases en forma ordenada y sin precipitaciones. Tal vez lo recomendable sea recibir a los alumnos de manera paulatina y escalonada, para impedir que el entusiasmo de volver a la escuela man- tenga un retroceso. Los directivos, maestros y por supuesto, los padres de familia, realizarán un trabajo fundamental, para que los estudiantes, entre otras cosas, acudan debidamente protegidos, algo también indispensable, es se les instruya sobre las medidas adecuadas, como la sana distancia, el uso de cubre bocas, etc.
Los profesores, en su gran mayoría estarán ya vacunados para esta fecha, lo que implica la seguridad para detener la propagación del virus.
Es totalmente bienvenida la reapertura de las actividades escolares, donde to- dos debemos estar comprometidos para lograr el éxito deseado.