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Hijo de Dr. Wagner
¿Cómo están wagnermaniacos? Una semana más aprovechando el espacio que nos brinda el periódico BASTA! para reunirnos, y comentar a la distancia diferentes temas relacionados a Doña Lucha.
En esta ocasión es inevitable no tocar el tema de la función que se realizó en la alcaldía Venustiano Carranza, en la que un niño de cinco años, Mateo, fue agredido por uno de los luchadores participantes.
Empezaré diciendo que no podemos echarle otra vez la culpa a la lucha libre, porque creo que es un problema que involucra a otros responsables.
Las primeras preguntas que me hago son, en un caso como éste: ¿dónde está el gobierno?, ¿dónde está la Comisión de Box y Lucha Libre?, ¿dónde está Protección Civil?, ¿dónde está el promotor, las ambulancias?
Indudablemente el luchador tiene una responsabilidad, pero qué pasa con el responsable de organizar el evento, y de estar pendiente de la seguridad, de revisar la licencia del luchador, y lo más importante, salvaguardar la integridad del público y de los gladiadores.
Creo hablar en nombre de toda la familia luchística, al decir que un evento de estas dimensiones nos pone tristes, porque muchos de nosotros hemos batallado para ganarnos un lugar y provocar con nuestro trabajo que la lucha libre sea respetada por las demás disciplinas deportivas.
Me quiero referir, por último, al luchador, Einar El Vikingo, lo mínimo que espero de él, es que tenga la humildad de buscar a Mateo, a su familia para darles la cara, y ofrecer una disculpa. Como seres humanos tenemos derecho a equivocarnos, pero él rebasó todos los límites y, si realmente ama la lucha libre, tiene que dar la cara.
