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Eduardo López Betancourt
EL OPTIMISMO DEBE OBLIGAR A LA PRUDENCIA
Se prevé que de agosto a septiembre las clases presenciales sean una realidad, lo que fortalece todos los ámbitos.
Enhorabuena; el optimismo debe obligar a la prudencia, nada de precipitaciones, socializar en las escuelas es lo deseable, pero no podrá ser igual que en el pasado.
Las escuelas públicas necesitan de implementos que avalen la salud, para evitar a toda costa los contagios; las instalaciones deben ser debidamente atendidas. Hoy por hoy, visitar una institución de gobierno es deprimente, la mayoría carecen de lo más elemental como agua potable, sanitarios correctos y los salones de clase en total abandono. Se reclama que antes del regreso a las aulas, se tengan condiciones óptimas, también será indispensable valorar la presencia de los escolares en forma escalonada.
Para el inicio de clases habrán transcurrido ya dieciocho meses desde la suspensión, pero bajo ningún concepto se puede caer en la imprudencia. El gobierno está forzado a garantizar que el virus no se propague; urge tomar las medidas higiénicas y considerar la asistencia, insistimos, escalonada de docentes y alumnos. La opinión de los profesores es fundamental; cada plan- tel presentará particularidades especiales y sobre de ellas la decisión estará en el análisis cuidadoso que se realice.
