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Héctor García
Después del incidente registrado en la L-12, con un saldo de 26 personas fallecidas y más de 76 heridas el pasado 3 de mayo en la noche, colectivos de feministas se han dedicado a tomar las calles, pero también a causar daños a las instalaciones del STC-Metro.
Desde esa fecha varias estaciones como Revolución y Chabacano L-2 e intersecciones y otras más, han sufrido daños con el destrozo de vidrios y lectores de tarjetas.
Sin embargo la violencia ha empezado a escalar, porque este lunes usuarios en el metro Zapata que intentaron ingresar para trasladarse a su trabajo o a otra actividad, fueron agredidos por simpatizantes del EZLN, quienes querían impedirles la entrada.
Ante dicha situación, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, anunció que las Policías Bancaria e Industrial (PBI) y la auxiliar, encargadas de la seguridad al interior del STC-Metro, garantizarán seguridad a los usuarios, recordándoles a los marchistas que una cosa es la manifestación y otra las agresiones.
Anunció que su administración trabaja sobre un protocolo específico para brindar seguridad a los usuarios.
Para los usuarios, hay sospecha de que atrás de las manifestaciones hay personas interesadas en desestabilizar al GCDMX, causando destrozos. “Esas personas que pudieran estar patrocinando las marchas causando daños a las instalaciones del metro, ni siquiera se han subido a las estaciones, pero se agarran de ahí para sacar provecho político”, advirtieron.
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