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Diego Cedillo
Hace exactamente ocho años, en la Ciudad del Vaticano, dio inicio el cónclave en la fastuosa y enigmática Capilla Sixtina, donde fue elegido el papa Benedicto XVI (hoy Papa emérito).
Vaya contexto que se dio ayer, muy en paralelo a lo anterior. Resulta que el presidente López Obrador, desde la mañanera, subrayó que ha llegado la hora de un cambio generacional al final de su mandato. “Yo tengo 67, de 50 para arriba, incluso, hay mujeres y hombres (…) la verdad, la verdad, sí hay relevo de este lado”, dijo. Es curioso que el mandatario, mientras hacía esta afirmación, señalara hacia su lado izquierdo, donde se encontraba el canciller Marcelo Ebrard, con 61 años de edad. Sin embargo, para los observadores no se dejará pasar que del lado izquierdo donde se encontraba el oriundo de Tepetitan, también se encuentra el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, desde donde despacha la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, quien hasta el 24 de junio contará con 58 años de edad. Otro dato curioso: el Senado de la República se encuentra justo al frente del Salón Tesorería (nada que ver con la izquierda), donde se encontraba el ciudadano Presidente. Lo anterior, más que nada, por el senador zacatecano (cof, cof, don Ricky Monreal). Como quien dice, en política la forma es fondo; por lo visto la competencia se encuentra entre Ebrard Casaubon y Sheinbaum Pardo. Hagan sus apuestas.
En otros temas, queda claro que alguien que de seguro se echará de menos en “las mañaneras” será al extitular de la Profeco, Ricardo Sheffield, ya que nuevamente el mandatario hizo alarde de la sui generis forma de expresión del oriundo de León, al replicar su famoso “se pasan…” (de rosca), pero no quiso replicarla tal y como es. ¿Será que Sheffield Padilla la habrá registrado en el IMPI? Habrá que preguntarle a Juan Lozano Tovar…
POST-IT.
Resulta que el recién (machista) desempleado “académico”, Alfonso Gómez Portugal, de la Universidad Panamericana, es también titular de la Notaría 186 en la CDMX. La UP, a cargo de José Antonio Lozano Diez, ya demostró su congruencia. Ahora la pelota yace en cancha del consejero jurídico de la CDMX, Néstor Vargas, quien debe instruir a Juan Romero Tenorio, director general jurídico y de Estudios Legislativos, que busque alguna estrategia para retirarle la patente de Notario. ¿O habrá que marcarle copia a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum?
