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FREDY PAREDES
GRUPO CANTON
HUIMANGUILLO.- Mejor apelativo no pudieron haberle puesto: ‘tiburón’ y como todo uno de ellos, hábil y sagaz, se desenvuelve en lo que mejor sabe hacer y eso es emprender.
Carlitos, no le teme a la vida, por el contrario, la enfrenta. Sólo hay que ponerle en sus manos un dulce para que lo convierta en una oportunidad de negocio muy a su manera que al final lo hace rentable para subsistir en esta pujante vida de negocios, en donde se dice que el pez grande se come al chico, pero Carlos es la excepción.
La golosina ha sido llamada ‘Tiburoncín’ debido a que él lo llaman ‘El Tiburón’
Es muy común verle caminar por la Central Camionera llevando en sus manos una caja con churros y chocolates que al final del día convierte en sonantes pesos que se unen a los otros dineros que produce la familia y que sirven para la comida en casa.
Carlitos ‘El Tiburón’ de Huimanguillo, es ya un ejemplo de esfuerzo y dedicación para quienes lo conocen. Se ha sabido ganar el respeto por su actividad comercial y ahora más que nunca al incursionar con su propio producto de camarones en botana llamado ‘Tiburonsín’.
Este tiburón no sabe de juegos de Play Station, más bien, incursiona en el mundo real de la competencia orillado por la difícil situación económica de su familia, una situación que obligó a Carlitos a convertirse en un fenómeno comercial rentable al darle vida a su propia marca de botanas. Sin duda alguna, Carlitos se enlista con el reducido grupo de jóvenes emprendedores mexicanos de éxito que pueden alcanzar casi todas sus metas.