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FÉLIX NOLASCO
GRUPO CANTÓN
TAPACHULA, Chiapas.- El domingo 31 de enero es una fecha que Yesenia «N» nunca olvidará. Sus sueños se desvanecieron de la noche a la mañana al ser víctima de «violencia familiar» por parte de su pareja; así la calificó el juez cuando presentó una denuncia, aunque la verdad es que ella pensó que iba a morir
Cuando conoció a Alejandro Baldemar Herrera Chacon, de 25 años de edad, le pareció una persona encantadora. Además de ser parecerle atractivo y sobre todo trabajador, era un hombre consentido por su madre y tías.
Jamás se imaginó que aquel joven pudiera lastimarla. A los pocos días de comenzar a andar salieron a relucir sus celosos. Al principio, ella no lo tomó a mal, calculaba que conforme se conocieran mejor, él abandonaría esa manía de preguntarle con quién había hablado, a quién le respondía los mensajes de WhatsApp y por qué tenían tantos amigos.
De las palabras hirientes, Alejandro pasó a los jaloneos y maltratos físicos. Después de pensarlo mucho, Yesenia se planteó si no había otra solución más que cortar la relación por lo sano. No quería pasarse una vida al lado de un hombre inseguro, que descargaba su frustración con ella. Se sentía tristeza, pero era mejor marcar distancia.
LA ESCONDE EN CASA DE LA TÍA
Alejandro Baldemar Herrera Chacón se presentó en casa de Yesenia para hablar con ella. Traía el rostro crispado. La muchacha pensó que quizá era el momento de poner las cosas en claro y salió de su casa para dialogar con quien todavía era su novio.
Después de dar unas vueltas sin rumbo, Alejandro sugirió que fueran a casa de una de sus tías para platicar mejor. Al llegar saco la llave y entraron. La tía había salido de viaje y el inmueble olía a encierro.
Apenas cerró la puerta, comenzó a golpear a Yesenia, quien cayó inconscientemente en el piso. Alejandro aprovechó a amarrarla y taparle la boca. Tras cerciorarse de que la muchacha no escaparía, volvió a salir a la calle.
LE ROMPE COSTILLAS Y SACA LAS UÑAS
Regresó horas después, con un intenso olor a trago en la garganta. Yesenia se quejaba. No podía respirar bien. Apenas sintió la presencia de Alex, abrió los ojos con miedo, pero no podía hablar. Tenía atadas las manos y pies.
El hombre la vio y fue a uno de los cuartos. Regresó con un cuchillo entre las manos. Yesenia abrió más los ojos y comenzó a querer levantarse del mueble. Pero el dolor intenso en sus costillas le impidió moverse.
Herrera Chacón tomó las manos de Yesenia y acercó el cuchillo. Ella gritó, pero nadie pudo oír su desesperación. El suplicio fue tan fuerte que volvió a desvanecerse.
Cuando volvió en sí, tenía la sangre de sus dedos secas, su novio le había sacado un par de uñas. Lo buscó con la mirada y lo vio meciéndose en un sillón. El hombre comenzó a amenazarla.
«No quiero hacerte daño. Si quieres seguir viva vas a decirle a tu madre que te asaltaron. ¿Entendiste?», dijo el psicópata.
Ella movió la cabeza en señal afirmativa. Estaba tan asustada que lo único que quería era salir huyendo de aquel energúmeno.
ENVÍA UN MENSAJE POR UNA RED SOCIAL
Ese mismo día, Yesenia en compañía de sus familiares, a como pudo, se presentó en el Centro de Justicia para las Mujeres, ubicado en la carretera costera Tapachula-Huixtla, para interponer una denuncia.
La Fiscalía del Ministerio Público a cargo de Esthela Rosalinda Grajales Jerez solicitó una psicóloga para que valore «las afectaciones y traumas sufridos por la víctima», en un caso que catalogó como «violencia familiar por parte de su novio, Alejandro Baldemar Herrera Chacom (SIC)».
El sádico novio dio de baja su red social y puso en privado su cuenta de twitter, no obstante dejó un mensaje con foto en la misma: «Estoy cagando, ese mensaje no se le envía a cualquiera».