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Carla Enríquez Merlín, quien por una cuestión de género sonaba como fuerte aspirante por morena para la alcaldía que su madre y abuelo habían ocupado.

Con sangre termina dinastía política

Ejecutan a la ex presidenta de Cosoleacaque, la doctora Gladys Merlín Castro, y a su hija, Carla Enríquez, quiera era fuerte aspirante de morena para contender por la alcaldía.
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COSOLEACAQUE, Veracruz.- Las denotaciones de armas de fuego quebraron el silencio de la madrugada en las calles de Correos y Revolución. Algunos vecinos del Barrio Segundo se asomaron en dirección a la casa de la doctora Gladys Merlín Castro, ex alcaldesa del municipio (2008-2010), pero detrás de la tapia alta no se oyeron ladrar los perros.

Cuando era diputada local por el distrito de su municipio, la hija de don Heliodoro Merlín Alor, otrora cacique de la región, había recibido la funesta noticia de que su esposo, el doctor Hugo Enríquez Montejo, estaba internado a consecuencia de un ataque masivo por sus propios perros. Tras dejar intempestivamente la capital del estado para venir a sepultar a su pareja, se deshizo de sus seis rotweiller.

Uno de los vecinos que también escuchó los disparos la madrugada del lunes 15 de febrero, alcanzó igual a oír enseguida un ventanal haciéndose añicos. Detrás de las cortinas, se dio cuenta que los guardias de la policía interbancaria que custodiaban diariamente el domicilio, no estaban en sus puestos. De inmediato colgó el teléfono y alertó a la policía.

ENTRARON POR LA ALBERCA

Lo primero que vieron los agentes de la policía al entrar al domicilio de la doctora fue un ventanal grande junto a la alberca hecho añicos. Según esta evidencia, la hipótesis es que el comando armando que entró a la casa lo hizo por esa área.

A unos metros yacía el cuerpo herido de una mujer perteneciente a los guardias de seguridad del IPAX, responsables de cuidar la casa.

En la recámara principal, los agentes se toparon con los cuerpos de las dos víctimas tirados en un mar de sangre: la doctora Gladys, con un pijama azul, y al lado, su hija, Carla Enríquez Merlín, quien por una cuestión de género sonaba como fuerte aspirante por morena para la alcaldía que su madre y abuelo habían ocupado.

IBAN POR LA DOCTORA

Los peritos levantaron evidencias y tomaron fotos de la escena del crimen. Una de las imágenes de la corporación se filtraría a la prensa y mostraría el trágico final de madre e hija, integrantes de una dinastía política que ya había perdido influencia. Ambas aparecen en ropa de dormir. El cuello de la ex alcaldesa lo cruza un corte mortal que le causó una muerte lenta. Su hija no presenta herida punzo cortantes, pero como su madre, fue rociada de balas.

De acuerdo a versiones extraoficiales, el comando armado pudo haber entrado directamente a la habitación de la doctora Gladys, pensando que estaba sola. Pero los perros que dormían con ella, french poddle, no dejaron de ladrar, quizá alertaron a la hija, que descansaba en el otro cuarto.

Carla Enríquez alcanzaría a ver cómo los desconocidos degollaron a su madre, antes de recibir ella misma disparos a quemarropa. En una de las imágenes se puede ver a las mascotas al pie de las dos mujeres. Los sicarios tuvieron tiempo de huir.

Paradójicamente, el alcalde del municipio, Cirilio Vázquez Parisi, hijo de Cirilio Vázquez Lagunes, quien fuera rival del viejo Heliodoro, y muriera asesinado en 2006, sería el encargado de confirmar el doble asesinato de sus contrincantes políticas.

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