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Judy: Desgarradora historia sobre Judy Garland

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La brillante vida de la actriz y cantante está decentemente retratada dentro de la biopic de Rupert Goold; majestuosa interpretación de Renée Zellweger

Calificación: Muy buena (4 estrellas de 5)

Existe un nombre dentro de la escena hollywoodense que siempre ha causado asombro y gran misticismo, una artista que desde pequeña cautivó y enamoró a toda la audiencia gracias a su fascinante voz y ternura entrañable, y que pese a las diversas dificultades que tuvo que vivir de manos de sus padres y representantes, Judy Garland, la dulce habitante del mundo de ‘Oz’, la imponente ganadora de un Oscar, Grammy, Tony, Golden Globe y Cecil B. DeMille, la icónica dupla de Mickey Rooney y la ferviente luchadora hasta los últimos momentos de su vida, se entregó por completo a su audiencia y seguidores. La vida de Judy, desde sus comienzos, estuvo impregnada de dudas, violencia, baja autoestima, adicciones y presión avasalladora, una carga imposible para una pequeña que anhelaba con vivir y disfrutar en los escenarios, un relato de vida que el director Rupert Goold, ha plasmado dentro de su biopic ‘Judy’, un triste devenir de los últimos días dentro de la existencia de la gran estrella.

La historia de ‘Judy’, nos lleva al invierno de 1968, treinta años después del estreno de ‘El mago de Oz’, la leyenda Judy Garland llega a Londres para dar una serie de conciertos dentro del ‘Talk of the town’. Las entradas se agotan en cuestión de días a pesar de haber visto su voz y su fuerza mermadas durante los últimos años. Mientras Judy se prepara para subir al escenario, vuelven a ella los fantasmas que la atormentaron durante su juventud en Hollywood. A sus 47 años, se enfrenta en este viaje a las inseguridades que la acompañaron desde su debut, pero esta vez vislumbra una meta firme: regresar a casa con su familia para encontrar el equilibrio.

Claramente y la primordial sensación que brinda esta película es la de la cálida pero desgarradora interpretación de Zellweger, quien se adueña de la piel de Garland, sucumbe ante sus temores, impotencias, anhelos y sueños, exponiendo intensamente el último tramo del arcoíris que recorrería la artista, dominando cada reacción, expresión, movimiento corporal y sentimiento interno, brindando la cruenta empatía que se esperaría de una biopic como tal, pues el desenlace es bien conocido, solo importa el cómo se llega ahí. Profundamente es inimaginable el detalle profesional que ha realizado Zellweger para dar vida a esta icónica mujer, el rango vocal que tuvo que perfeccionar para matizar e interpretar las canciones de la forma tan peculiar en la que la artista lo realizaba, una proeza que pocos pueden imitar. Sus interpretaciones musicales son fascinantes, hipnóticas y gélidas a su vez, ya que representan los últimos cantos de la bella ‘Dorothy Gale’.

La dirección de Goold va muy centrada hacia las repercusiones y las inseguridades sobre la vida de la actriz, pero dentro del proceso recrea de manera sensible el entorno y la vida de finales de los 60’s, estilizando de manera agradable la moda que imperaba en aquella época, con un trabajo en producción sobresaliente y bien trabajado. Calcando con mano propia un guion realizado por Tom Edge, dentro del cual se palpa fríamente el desangelado y apabullante sentir hacia las decisiones de Judy, su intensa forma de aferrarse a la vida, aun y cuando su caída en picada era inevitable. Su trabajo con los actores es evidente, una atención especial, además de que cuida el apartado sonoro compuesto por Gabriel Yared, quien deleita y brinda nostalgia hacia los sonidos y temas que formaron emblema en la era en cuestión.

Una situación que desafortunadamente no aborda de propia manera el cineasta Goold, es la de los demonios internos de Garland, que si bien hacen alusión y los presentan en pantalla, carecen de la profundidad que se esperaría de ellos, no permiten ir más allá, hacia lo interno y tangible, los conflictos emocionales dan por entendido que el espectador comprende a cabalidad lo que sucede, pero lo superficial de los mismos no termina por entonar dentro de la construcción. Si bien, Judy Garland es realmente aplaudida en Estados Unidos, tal vez para el resto del mundo no lo sea, de ahí el hecho de que tampoco se haga una introspección o análisis profesional, aunque fuera a manera de guiño, sobre la vida y éxitos de la artista, lo que deja bastante que desear, pues el director presupone que toda su audiencia está al tanto de la carrera y vida de la actriz, que le importa lo que suceda, cuando la realidad es que no. Es algo que se debe ganar a pulso, lo que impide una mayor empatía para con su protagonista, ya que en términos amplios quedaría como una mujer cerca de sus 50 que tocó la fama en Hollywood y ahora padece de sus adicciones y malas acciones. Algo que no hace justicia a lo que representa su mítica figura.

‘Judy’ es una biopic melancólica y desgarradora que representa los anhelos por la vida de una joven actriz que desde pequeña saboreo las mieles del éxito, pero que debido a sus inseguridades y los malos manejos, terminó por sucumbir ante la adversidad. Una fiera estrella que brilló en el arcoíris más grande y que apresuradamente partió, dejando detrás una estela de amor y admiración. La maravilla interpretativa de Renée Zellweger le amerita sin duda, ganar el Oscar como ‘Mejor actriz’.

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