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Del director Sam Mendes, la cinta mantiene una ejecución perfecta y audaz que entretiene de principio a fin
Una de las principales fuentes para desarrollar historias y emociones dentro de la pantalla grande ha sido la que corresponde a los diferentes y atroces conflictos de bélicos dentro de la historia de la humanidad. La primera y la Segunda Guerra Mundial, la guerra fría, el conflicto en Medio Oriente y un gran etcétera que ha permeado trágicamente nuestra estancia en la tierra. Todas y cada una de ellas albergando impactantes relatos de personas ordinarias realizando actos totalmente extraordinarios. Además está el factor de inmersión, permitir al espectador formar parte, por un breve periodo de tiempo, de lo que se vive en un conflicto como tal, visualizar el horror, la sangre, el sufrimiento, la desesperanza y la tristeza, por solo mencionar algunos elementos vitales, y eso es justamente lo que sobresale dentro del nuevo trabajo del director Sam Mendes (‘Skyfall’, 2012), pues su cinta ‘1917’, es una maravilla audiovisual, es un recorrido espectacular y aterrador que te mantendrá al filo de tu butaca.
‘1917’ nos lleva a lo más crudo de la Primera Guerra Mundial. Dos jóvenes soldados británicos, ‘Schofield’ (George MacKay) y ‘Blake’ (Dean-Charles Chapman) reciben una misión aparentemente imposible. En una carrera contrarreloj, deberán atravesar el territorio enemigo para entregar un mensaje que evitará un mortífero ataque contra cientos de soldados, entre ellos el propio hermano de ‘Blake’. El reparto lo complementan Mark Strong, Richard Madden, Benedict Cumberbatch y Colin Firth, entre otros.
Estamos ante la que posiblemente sea la mejor película del pasado 2019 y la probable ganadora del Oscar como ‘Mejor película’. El cineasta retrata de manera abrumadora y fascinante la atmósfera y la realidad sobre los conflictos armados, nos vuelve participes como nunca antes nadie lo había hecho. La violencia y lo frenético del frente de batalla te impactan de lleno y te adentran en el campo, codo a codo con los valientes soldados; cada sentimiento, emoción y pensamiento desarrollado dentro de la mente de los jóvenes británicos está presente contigo. Sin duda alguna se debe y se tiene que resaltar el trabajo titánico del cineasta para ejecutar a la perfección cada detalle y secuencia dentro de la cinta, el nivel técnico y de compromiso de cada elemento y persona involucrada dentro de la producción es extraordinario.
Una de las más grandes virtudes de esta película, filmada a modo de plano secuencia (que parecería que es una sola toma pero está estupendamente bien disfrazada con negros y elementos que bloquean la vista), es la de convertir en su principal actor al tiempo y a la guerra, pues no solo es el hecho de que los protagonistas sostienen de buena manera con el peso de la historia, misma que transcurre en un solo día, si no que junto a ellos, la adrenalina, ansiedad y la realidad que se vive durante los momentos de una guerra, calan directo en el hueso y en el corazón del espectador, pues roba el aliento la manera en la que Mendes traza el tipo de sucesos que tuvieron que vivir quienes participaron de primera mano en tales enfrentamientos durante la Primera Guerra Mundial, una que por cierto no ha sido tan revisada como la Segunda, o todas las que han existido. El filme hace especial atención a los sonidos envolventes y los visuales maravillosos que la convierten en una pieza única dentro del mar de producciones de este tipo, pues es sencillamente asombrosa e impactante.
Desde el primer cuadro comprendemos que la fotografía de Roger Deakins, es de otro planeta, el ojo para captar la hermosura dentro de la tragedia es de no creerse, pues brinda un panorama ensordecedor a la audiencia, ya que vislumbra, para el publico, la oportunidad de presenciar la magnitud de las locaciones en las que estos fundamentales mensajeros tendrán que desenvolver su vida, la estética sobre lo que rodea cada escena le brinda una elegancia que combinada con la estupenda labor de edición de Lee Smith y al diseño de producción meticuloso de Dennis Gasner, la vuelven un manjar cinematográfico. La ansiedad que aporta el manejo de cámara y la vivida reacción de Chapman y MacKay, te permite compenetrar con los personajes, aun y cuando la mayor parte del tiempo no tienen diálogos bien estructurados. Aquí lo importante es estar junto a ellos atravesando las líneas enemigas, ser uno más del batallón para salir avante. Nunca estarás a salvo y la muerte puede llegar en cualquier momento, un sentimiento gélido que recorre tu espina dorsal.
La complejidad está en la ejecución, no tanto en el trasfondo de la historia, por lo que la mayor satisfacción para el espectador será ver de principio a fin el entretenimiento puro que esta cinta desprende, manteniéndote pegado a tu asiento a todo momento. De lo más interesante es la dinámica que se genera con la audiencia, ya que solamente con una sola toma y cámara, vamos desentrañando la salvaje misión que manipulara tus sensaciones, ya que el director te muestra lo que a su conveniencia le beneficia, dejándote en la penumbra de la incertidumbre, la linea entre vivir o morir.
‘1917’ es un exhaustivo y emocional viaje contra reloj que promete cautivar a propios y extraños, una aparente misión difícil de lograr que brindará la oportunidad de vivir, a través de la pantalla grande, la sensación de desesperanza que solo una guerra consigue crear. Mendes, de manera deslumbrante, plasma la aterradora acción y sentimental que se vive en un conflicto, algo que te marcará para siempre. Bellamente filmada y técnicamente pulcra, te dejará sin aliento.