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CIUDAD DE MÉXICO,- Era la mañana del 19 de septiembre de 2017, y la doctora Nancy, como todos los días, salió de su casa en Valle de Aragón Segunda Sección, para ir a abrir su negocio de venta de equipo de ortopedia y rehabilitación en la colonia Narvarte.
Unos años antes había conseguido su pensión, y acostumbrada a trabajar, decidió con su hermana Silvia poner ese negocio que además les permitiría distraerse; vivían solas, eran muy cercanas y querían hacer un poco más de dinero para después viajar.
Solían pasar a desayunar al mercado de San Juan en Arcos de Belén antes de llegar a su trabajo, como de costumbre, jugo, café, fruta, huevos y hot cakes con miel, era su rutina para mantenerse enteras, subieron a su auto y enfilaron por Niños Héroes a su destino.
Tenían un par de empleadas y ese día, como todos, a las 9 de la mañana estaban subiendo las dos pesadas cortinas de metal; el local tenía una bodega trasera, ese martes al medio día el pedido de mercancía que habían hecho días antes fue entregado. (Continuará).
