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Como ya bien se sabe, Irina Baeva y Gabriel Soto fueron amantes antes de que él se separara de Geraldine Bazán.
Esta última aseguró, mediante su cuenta de YouTube, que la traición de Soto le había dolido mucho y por lo tanto las cosas entre ellos dos se habían terminado de forma definitiva.
Inmediatamente, algunos medios acusaron a Baeva de haberse metido con un hombre casado y los fans de Geraldine tacharon a la rusa de ‘robamaridos’.
Baeva minimizó estas acusaciones asegurando que ella se había enamorado de un hombre cuyo único lazo que tenía con su mujer era el amor a sus hijas, dando a entender que las cosas entre Geraldine y Gabriel estaban mal desde hace tiempo.
Y la cosa no paró ahí, la rusa utilizó esta mala experiencia para hablar de cómo toda la culpa y la responsabilidad del término de dicho matrimonio cayó únicamente sobre ella.
Todos estos dimes y diretes provocaron que Irina Baeva y Gabriel Soto se convirtieran en una de las parejas más polémicas del momento.
Además de todo esto, la rusa fue acusada de ponerle el cuerno a Gabriel Soto. Dichos rumores comenzaron en marzo de 2019 luego de que se filtrara una conversación de Irina con otro actor.
En estos mensajes la rusa, que ya tenía una relación más formal con Gabriel, coqueteaba con el actor Fernando Carrillo.
Las conversaciones de WhatsApp las dio a conocer una revista de espectáculos de circulación nacional.
Pero la cosa no paró ahí, el contenido de estas conversaciones iba más allá del coqueteo, pues quedó al descubierto que la rusa le mandaba fotos candentes al actor, con quien supuestamente ya se había visto dos veces.
