Visitas
CIUDAD DE MÉXICO.– Francisco cayó de lo alto de una escalera, su pierna presentaba múltiples fracturas, a punto de perderla fue llevado al hospital.
Los especialistas comentaban en voz alta que difícilmente el hombre podría volver a utilizar su pierna derecha como hasta ahora.
Mientras, en medio del dolor, Paco esperaba ansioso las placas realizadas. De pronto, entró un doctor acompañado con una enfermera y le comunicaron que debía ser intervenido con urgencia.
La blancura de sus batas lo deslumbraban y hacía más visible el nombre del médico bordado sobre la tela: Dr. Cruz.
Efectivamente, lo pasaron a quirófano e iniciaron la cirugía, sólo ellos dos (el doctor y la enfermera). Tras unas horas, regresaron a Paco a la habitación donde permanecía hospitalizado.
Cuando despertó, un grupo de médicos lo rodeaban, tan sólo esperaban que abriera los ojos para poder hablar con él. Primero le preguntaron cómo se sentía y tras responder que mucho mejor, vino el cuestionamiento: ¿Quién te operó? Sin titubear Paco respondió: “El doctor Cruz”. ¿Quién?, volvieron a preguntar los médicos. “El doctor Cruz y sólo una enfermera”. (Continuará)