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SEGURAMENTE LA MADUREZ DE AMBOS TENDRÁ QUE IMPONERSE
Sin duda es una pena el conflicto entre dos destacados integrantes del grupo parlamentario en el Senado de la República, de quien ahora gobierna nuestro país.
El doctor Ricardo Monreal Ávila es un destacado jurista, reconocido constitucionalista, profesor de la Facultad de Derecho de la UNAM y aún más, político de relevante experiencia. Su presencia es indispensable dada su lealtad y en especial su sentido patriótico en el gobierno de la Cuarta Transformación.
Por su parte, el licenciado Martí Batres Guadarrama es un antiguo luchador en las lides de la izquierda mexicana. Algunos lo consideran extremista, pero lo cierto es que mantiene una conducta congruente, la cual le ha permitido indiscutibles éxitos.
De la anterior manera, tanto Monreal, como Batres, tienen sus propios valores y un conflicto no beneficia a nadie, mucho menos al país.
Seguramente la madurez de ambos tendrá que imponerse; a los dos los conozco y se que todo lo arreglarán de manera inteligente, dando un ejemplo de lo que constituye anteponer intereses personales para dar salida al reclamo nacional de buscar mejores leyes y sin duda, preferenciar el bien colectivo.
Lo que si resulta indignante, es que haya personas que lejos de colaborar, de buscar la paz, estén azuzando y mostrándose partidarios sea de Monreal o de Batres. Esas conductas son deleznables, dejan un mal sabor de boca y no contribuyen para nada a la buena marcha de un gobierno que sin duda se enfrenta a severos problemas.
