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De acuerdo con datos del Inegi, 23 mil 542 personas, cuyas las edades van de 15 a 29 años se vieron obligadas a renunciar a sus trabajos durante los primeros tres meses del año, ya sea por acoso y otras por discriminación. La cifra más grande que se ha presentado en los últimos 10 años para un primer trimestre en la Ciudad de México.
El Congreso capitalino, busca endurecer las penas contra los acosadores sexuales en el trabajo con penas que irían de uno a tres años de prisión a quien solicite favores sexuales para sí o para una tercera persona, o realice una conducta de naturaleza sexual indeseable para quien la rec-ibe, que le cause un daño o sufrimiento psicoemocional que lesione su dignidad.
Al respecto, el diputado de Morena, Nazario Norberto Sánchez, dijo que para hacer efectivo el castigo se modificará el Código Penal capitalino a fin de hacer más severas las penas contra los acosadores sexuales en el trabajo.
Consideró inadmisible que esta práctica ilícita se suscite día con día en empresas tanto de go-bierno como privadas y no se ponga un alto a los instigadores. Calificó de injusto que por este tipo de conductas las personas se vean obligadas a dejar sus empleos o, peor aún, tener que aceptarlas al creer que no existe otro camino para llevar el sustento a su familia.
Señaló que se buscará establecer de alguna manera una obligatoriedad en los reglamentos in-ternos, para que este tipo de conductas sean sancionadas sin demora, de lo contrario, se pro-cedería a imponer a alguna pena o multa directa a aquella compañía que pase por alto o haga caso omiso o bien, no actué en consecuencia cuando se reporte el caso o casos de acoso sexual.
Cuando además exista relación jerárquica derivada de relaciones laborales, docentes, domésticas o de cualquier clase que implique subordinación entre la persona agresora y la víctima, la pena se incrementará en una tercera parte de la señalada en el párrafo anterior.
