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La mancha más grande de sargazo es tan abundante que se extiende desde el oeste de África hasta el Golfo de México, revela un estudio publicado en la revista científica “Science”.
El llamado “Gran Cinturón de Sargassum del Atlántico” se registró el año pasado mediante observaciones satelitales de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés).
La concentración fue tan alta que pesó más de 20 millones de toneladas, equivalentes a más de 200 aviones completamente cargados, apunta un comunicado de la Universidad del Sur de Florida (USF), institución que lideró la investigación.
Parte de la mancha terminó en las costas del Caribe, el Golfo de México y la costa este de Florida.
Si bien los científicos determinaron que factores naturales influyen en la formación del cinturón, las actividades humanas contribuyen a agravar el fenómeno.
Durante la primavera y el verano, el río Amazonas descarga nutrientes en el océano, pero es probable que se hayan incrementado en años recientes por el aumente del uso de fertilizantes y de la deforestación, señala el documento.
“Basado en la información de los últimos 20 años, puedo decir que este cinturón es muy probablemente que sea lo nuevo normal”, alertó Chuanmin Hu, autor principal del estudio.
Antes del 2011, la mayoría de esta alga flotaba en parches cerca del Golfo de México y el Mar del Sargazo, en el Océano Atlántico, pero es probable que comenzara a arribar a las costas por el aumento de la deforestación y del uso de fertilizantes a partir de 2010.
“La química del océano debió haber cambiado para que la proliferación se saliera de control”, indicó Hu.
El cambio climático también contribuye al fenómeno. En el Amazonas, por ejemplo, se realizaron descargas significativas en 2009 y 2010, pero el sargazo alcanzó su punto álgido hasta 2011.
Lo anterior se debió a que en el 2009 llovió lo suficiente para reducir la salinidad del mar y en 2010 la temperatura del océano fue más alta que el promedio, ambas condiciones desfavorables para el crecimiento de la planta.
“En última instancia, todo está relacionada con el cambio climático porque afecta la precipitación, la circulación del océano e incluso las actividades humanos”, señaló.