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LOS DARDOS DE BRACHO
CARLOS BRACHO
www.carlosbracho.com
LOS PAISES QUE EN CUALQUIER PARTE DE SU HISTORIA HAN SIDO…
… dominados por potencias imperiales, son siempre la mayoría y los dominadores se pueden contar con los dedos de la mano. Hoy, los que ejercen el control de la economía, de lo político y de los asuntos sociales, puedo echar mi as a la mesa y decir que EU, Rusia, China, Inglaterra, Francia, Alemania, son los que les marcan el paso a los países emergentes, o sea, a los dominados.
México, por desgracia, se encuentra entre la mayoría a los que el gran garrote les indica los rumbos a seguir. Que de no obedecer las señales de los grandes, los amenazan, los castigan con aranceles, les restringen los créditos bancarios, les compran sus productos básicos a precios irrisorios, y se los devuelven ya procesados y etiquetados con nombres crípticos y, claro, elevando al cubo su precio. Y como los países del tercer mundo padecen los robos, saqueos y las entregas de sus bienes por parte de los políticos corruptos, ante la posible quiebra económica, se ven precisados a pedir al Banco mundial y a otros rapaces financieros, millones de dólares, deuda que crece sin parar.
Los intereses que hay que pagar son enormes. Evidentemente el pueblo es el que aporta, con el pago de sus impuestos, esos dineros que hace a las potencias, todavía más ricas. Ahora bien, lector(a) pluscuamperfecto, usted sabe que en nuestro país, que caería en estos esquemas señalados, resulta que los expresidentes, los exgobernadores, los exdiputados, los exsenadores y los exfuncionarios, son inmensamente ricos, poseen ranchos ganaderos, son propietarios de industrias, acciones en otras muchas y tienen casas blancas, posesiones lujosas en otros países, automóviles que valen millones, cuentas de cheques en dólares, etcétera.
También hoy, el gobierno trata de revertir este desastroso destino y encaminar a la república por otros caminos que se alejen de la corrupción y del saqueo. ¿Entraremos a la báscula que mide las bondades y la limpieza en los actos? ¿O seguiremos siendo cómplices por comisión o por omisión de lo que nos ha hundido?