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LA IDEA QUE SE EXPRESÓ FUE EN EL SENTIDO DE MEJORAR LA PROCURACIÓN DE JUSTICIA
Como siempre, somos afectos a imitar y traemos a nuestro ámbito instituciones que tal vez den resultado en otros países y sin mucho pensarlo las adoptamos en el nuestro.
Este ha sido el caso de los llamados Consejos de la Judicatura, los cuales se establecieron hace más de 20 años, tanto a nivel federal como local. La idea que se expresó fue en el sentido de mejorar la procuración de justicia, algo que evidentemente ha sido siempre un anhelo; se pretendió poner orden en el nombramiento de jueces y en general a todo lo relacionado con administración de los órganos de Justicia, cuya carga se dejaba indebidamente a jueces y magistrados. Los Consejos de la Judicatura han servido para incrementar la burocracia, también para albergar mafias e intereses creados.
Hoy por hoy, el Consejo de la Judicatura Federal se conforma por 3 magistrados electos por la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación y dos nombrados por el Senado de la República, un sexto lo envía la Presidencia de la República, pero lo más impactante es que quien preside al Consejo de la Judicatura Federal, es el propio Presidente de la Suprema Corte de Justicia.
Nótese la absurda incongruencia, el Consejo debería de ser un órgano que mezclara el comportamiento de los jueces, pero si el Presidente de la Corte, lo es del Consejo, es verdaderamente inverosímil que se juzgue a sí mismo, pero más aún, la Corte nombra a tres, junto con el Presidente hacen mayoría, de tal suerte que los del Senado y del Ejecutivo resultan irrelevantes y sucede en la práctica que se suman a esa evidente corrupción.
Ante el panorama mencionado urge que este órgano absurdo y sumamente oneroso desaparezca; está lleno de canonjías de sus integrantes y para mejorar la justicia ha sido cuestionable en todo el amplio sentido de la palabra. La administración debe estar en un área muy modesta que controlen personas ajenas, tanto a jueces, como a Magistrados y Ministros. Es indispensable hacer cambios de fondo, ya que nunca se logrará éxito para una Cuarta Transformación si no hay buenos, profesionales, decentes y rectos jueces.
