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LOS CAMBIOS QUE AL INTERIOR del Órgano Superior de Fiscalización (OSFEM) está impulsando la fracción de Morena en el Congreso local, parecen lógicos, si tomamos en cuenta que el manejo transparente de recursos en los diferentes entes de Gobierno no ha existido.
El auditor superior, Fernando Valente Baz Ferreira, ha quedado a deber, y no solo debería de ser removido del cargo sino procesado por complicidad, porque solo así seria entendible que no haya encontrado irregularidad alguna en todas las dependencias donde los desfalcos han sido de antología.
En el sector Salud, solo para Baz Ferreira no existieron irregularidades en el manejo del presupuesto millonario de esa dependencia, no se diga en las alcaldías, Edgar Olvera Higuera, exalcalde de Naucalpan, goza de libertad y fuero, gracias a que el OSFEM no ha logrado acreditar los desvíos que se dieron en su administración, para todos obvios.
Ahí, el saqueo fue criminal, Iván Arturo Rodríguez, quien fungió como tesorero, logró amasar cuantiosa fortuna, que además le alcanzó para comprar la diputación federal que hoy detenta y que le ha permitido caminar por las calles sin temor a ser detenido a pesar de las circunstancias en que dejó la tesorería municipal.
LA DE HOY: VALENTE BAZ, tiene ante sí, la posibilidad de aplicársela a los morenistas, para no ir muy lejos, ahí está la alcaldía de Atizapán de Zaragoza, en la cual, se han despachado con la cuchara grande, el desaseo en el manejo de los recursos propios ha sido escandaloso, una revisión exhaustiva a los números de la alcaldía, podría evidenciar que los del partido de la Cuarta Transformación, no predican con el ejemplo. Y apenas van cuatro meses de Gobierno.
