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Así es. Vecinos de los barrios de Culhuacán, Iztapalapa, perseguidos y odiados por la administración pasada en esta demarcación, por reclamar un panteón vecinal, ahora buscan que la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum Pardo, interceda para que les sea cedido el camposanto.
Con pancartas y cartulinas, los habitantes de esta comunidad se manifestaron para que la jefa de Gobierno les hiciera caso.
Sin embargo los vecinos, como muchos capitalinos, ignoran que a la gobernante la pueden ver directamente sin intermediarios de martes a viernes en las audiencias públicas para plantear sus problemas.
Públicamente la jefa de Gobierno ha dicho que no son necesarios los mítines ni plantones, porque pueden dialogar con ella de martes a viernes antes de la seis y hasta las 7 de la mañana, solo es cuestión de que se levanten temprano y consigan inscribirse, porque atiene a un promedio de 50 personas.
Lo mismo sucede con los indígenas que se dedican a la artesanía, desde hace dos meses se planta uno de ellos en el edificio dos del Gobierno de la CDMX para señalar que ha sido discriminado, porque no lo dejan vender sus mercancías.
En reiteradas ocasiones se le ha invitado a que se registre y plantee su problema ante la jefa de Gobierno en las audiencias públicas.
El indígena prefiere seguir utilizando su megáfono afuera del edificio del GCDMX.
Nostalgia al pasado, ya que muchos grupos de diversos giros estaban acostumbrados a manifestarse o hacer mítines y las autoridades cedían a sus caprichos.
Hoy el tiempo y las autoridades ya cambiaron y estos grupos no quieren darse cuenta. ¿Conveniencia?