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EN ATIZAPÁN DE ZARAGOZA, las cosas no caminan, la 4ª Transformación, al menos aquí, está muy lejos de concretarse, las complicidades y la pasividad de la alcaldesa, Ruth Olvera, asusta. Mientras ella reúne a alcaldes para denunciar corrupción y amenazas, sus funcionarios se sirven con la cuchara grande; es evidente que el código de ética que tanto presume Morena, en este municipio no aplica.
FERNANDO REINA IGLESIAS, político que integró el Partido Verde en su natal Guerrero y que llegó como tesorero municipal el pasado 1 de enero, tendrá que comenzar a explicar cómo en tan poco tiempo, contrajo compromisos millonarios con nuevos prestadores de servicios, a quienes puntualmente, al menos en los últimos tres meses, se les han depositado sumas arriba de los 2 millones 300 mil pesos, al momento que llegan las participaciones federales.
Y decimos nuevos, porque 8 de estos prestadores de servicios fueron dados de alta el pasado 31 de enero, fecha en que curiosamente llegaron los recursos. El negocio es redondo, todo indica que en la tesorería municipal se tejió una fina red de complicidades para saquear las arcas municipales en el menos tiempo posible. En concreto, es mucho el gasto generado por servicios en tan corto tiempo. ¿Lo sabrá la presidenta?
Por cierto, los nombres de estos prestadores de servicios, están radicados en otras entidades federativas y nunca han tenido relación comercial con alcaldías mexiquenses o con el Gobierno estatal.
Ruth Olvera, o es participe de esa red, o la esta chamaqueando el “niño verde” que aterrizó en la tesorería. ¿Por cierto, qué irregularidad existió en la certificación que expidió el Instituto Hacendario (IHAEM) a un funcionario de este municipio? Aún hay más.