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En las oficinas de la la Secretaría de la Función Pública (SFP) existe un expediente bellísimo, con deglose a la Auditoría Superior de la Federación (ASF): es una investigación que podría determinar se finquen responsabilidades adminsitrativas y quizá penales en contra del extitular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Aurelio Nuño Mayer.
La presunta ilegalidad: el sobreejercicio presupuestario de más de 2 mil 600 por ciento para adquirir publicidad gubernamental durante 2017. Los diputados le habían autorizado a la SEP comprar 70.6 millones de pesos, pero gastaron casi 2 mil millones.
Lo suigéneris del caso es que ese gasto no se hizo para difundir una obra de gobierno, sino para denostar y desprestigiar al magisterio. Debilitarlos y que el gobierno de Enrique Peña pudiera legitimar la “mal llamada” Reforma Educativa.
Apodado por el magisterio como “Nuño, ñoño”, este exsecretario no puede andar por las calles con tranquilidad. La última vez que se le vio en público, un grupo de personas lo señalaron como el autor de las campañas de degradación y ataques a los maestros. Lo insultaron y tuvo que esconderse.
Para darse una idea del enorme atraco que cometió Nuño y debe ser castigado, en 2017 la SEP gastó 5 millones 300 mil pesos diarios en publicidad. En este 2019, la dependencia presupuestó 5 millones en todo el año.
De atenernos a lo que dijo López Obrador el pasado lunes sobre los exfuncionarios que deberían ser sancionados, Nuño está ya bajo la mira presidencial, pues cubre el requisito de ser de los de arriba. “Si existen denuncias, darles curso”, sostuvo.
