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Luego del asesinato del regidor de Atizapán de Zaragoza, Rodrigo Segura Guerrero, alcaldes, síndicos y regidores emanados de Morena, hicieron públicas amenazas y extorsiones que han recibido algunos de ellos, desde antes de protestar el cargo.
Resulta muy raro que la alcaldesa de Atizapán, Ruth Olvera, sugiera que las amenazas de que ha sido objeto su equipo pudieran tener que ver con los desfalcos millonarios de la administración anterior que fueron detectados durante el proceso de entrega-recepción.
Habla de un desfalco de 65 millones de partidas federales, así como adeudos, créditos e irregularidades en SAPASA, por casi mil 500 millones de pesos, cometidos durante la administración de la panista Ana Balderas.
El encono político que están propiciando los ediles de Morena, podría ser fatal, si no se miden en sus declaraciones. Si tienen evidencias que en las administraciones anteriores se cometieron irregularidades y millonarios desvíos, lo lógico sería que presentaran las denuncias ante las autoridades y no crear un ambiente de persecución en contra de los que se fueron, que no siempre son las peores, ni los que llegan son los mejores.
Ruth Olvera, con un pasado panista que la llevó a ser alcaldesa de Tlalnepantla, debería serenarse, la investigación del asesinato del regidor Rodrigo Segura está en manos de la Fiscalía y sin duda entre sus prioridades está resolverlo a la brevedad; también si tiene pruebas en contra de Ana Balderas que las haga públicas, pero además debería ocuparse de su gente, ya que se menciona insistentemente que el tesorero Fernando Reina, ha empezado a realizar negocios millonarios bajo el amparo de su puesto. AUN HAY MÁS