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CIUDAD DE MÉXICO.– Carlos Antonio Romero Deschamps, todavía líder del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, es un fanático de los yates de lujo. Y así lo comprueban las tres embarcaciones que posee su familia, ancladas en el muelle de Mundo Marino, en la laguna de Nichupté, en Cancún, cuyo costo global es de aproximadamente 4 millones 500 mil dólares.
Estas tres embarcaciones, tienen algo en común, aparte de pertenecer al mismo dueño.
Y es que el yate Sunseeker Portofino 47, el Indomable, así como el Sea Ray Sundancer 450, el Guly, y el Sunseeker Predator 60, el Güero, cuentan con la protección de la Marina Real Británica al estar registrados en tierras con soberanía inglesa.
No es una casualidad que las tres embarcaciones estén matriculadas en protectorados ingleses –El Indomable y el Guly en George Town, Islas Caimán, y el Güero en Road Harbour, Islas Vírgenes Británicas–, pues gracias a esos registro, los navíos quedan, “para todo efecto legal”, bajo la bandera inglesa, y eso significa que cuentan con toda la vigilancia y privilegios que otorga la Marina Real Británica.
Además es muy económico registrar ahí, ventaja que dueños de embarcaciones aprovechan, sobre todo por el enorme ahorro al darlas de alta, pues mientras en cualquier otro país el Indomable hubiera tenido que pagar 200 mil dólares por derechos, en esos paraísos fiscales “y navieros”, se registran con menos de dos mil dólares.
Cabe señalar que las Islas Caimán, ubicadas en el mar Caribe, se caracterizan por sus leyes que permiten hacer operaciones –con relativa impunidad– de los lavadores de dinero de todo el planeta.
DOS O TRES PASEOS AL AÑO
Los tres yates están anclados en el muelle de Mundo Marino, en la laguna de Nichupté, en Cancún, en plena zona hotelera. Los dos primeros, el Indomable y el Guly, permanecen juntos. El tercero, el Güero, está a unos 20 metros, ya que por su tamaño permanece en otra sección de la marina.
Sólo dos o tres veces al año, refieren dueños de otras embarcaciones, los yates zarpan juntos. Y las naves enfilan hacia Cozumel Isla Mujeres o Holbox, los destinos registrados en la Capitanía del puerto. Luego de varios días, los tres barcos regresan, juntos, y vuelven a “hibernar” en el atracadero del muelle.
Las llegadas del exsenador no han pasado desapercibidas, porque aparte de que es un personaje público, su hija Paulina llega acompañada por sus tres perros, que llaman la atención de los comensales y los otros dueños de yates.
“De repente vemos al señor Deschamps llegar en vehículos con su familia, y destacan siempre porque vienen con un despliegue de servidumbre cargada de comida y buenos vinos, que suben a sus yates”, contó a Grupo Cantón la propietaria de otra embarcación.
“Ahora el señor Deschamps es más discreto, como que ya le da pena llamar la atención, luego de que los periódicos sacaron que su familia poseía propiedades millonarias en EU”, remató la empresaria quintanarroense, al tiempo que miraba cómo un empleado limpiaba la cubierta del Güero.
INDOMABLE
Una investigación periodística del Grupo Cantón dio cuenta que Romero Deschamps no posee uno, sino tres yates, en Cancún. La primera embarcación que compró Carlos Antonio Romero Deschamps fue un regalo para su hija Paulina: se trata de un yate Sunseeker modelo Portofino 47, de 50 pies de eslora (poco más de 15 metros), con todas las maravillas técnicas y lujos imaginables. Su nombre: Indomable.
Este yate fue adquirido en 2007, y posee la matrícula GB- XSK -03839 1607 con un permiso temporal legal de importación No. 11292412, con fecha del 23 de abril de 2007. El costo es de un 1.5 mdd.
GULY
El segundo yate de la familia Romero Deschamps es un Sea Ray Sundancer 450, con las mismas dimensiones de eslora del Indomable, pero con una línea más deportiva y aerodinámica. Su nombre: Guly.
Este yate, dicen las fuentes consultadas en Cancún, es un regalo del líder petrolero a su otro hijo, Alejandro, quien está a cargo de llevar la administración de las propiedades familiares en esa ciudad y en la capital del país.
Esta embarcación cuesta aproximadamente un millón de dólares.