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Gobiernos van, y nuevas administraciones llegan. El personaje en turno vuelve a enfrentar los retos que tiene la Ciudad de México: seguridad, corrupción, desempleo y movilidad, son el pan de todos los días para los habitantes de la capital, quienes además sufren la falta de servicios.
Aunado a la falta de alternativas para un desarrollo integral, el ciudadano se enfrenta a la falta de agua. Servicio que, conforme pasa el tiempo, es cada vez más inaccesible en algunas alcaldías. Tláhuac, Iztapalapa, Xochimilco, Tlalpan, entre otras, padecen la regularidad de un servicio que debería ser todo un derecho, pero la realidad es otra.
Actualmente 18% de la población no recibe agua todos los días, y 32% no cuenta con el agua suficiente para atender sus necesidades más básicas. En consecuencia, se deben analizar alternativas reales para que los habitantes de la Ciudad tengan acceso al agua. Las opciones existen, pero en el proceso de la aplicación, la lucha de intereses se antepone y es ahí donde la gente pierde.
El Programa de Sistemas de Captación de Agua de Lluvia (SCALL) en Viviendas de la Ciudad de México, es una muy buena intención para dotar del líquido a algunas alcaldías. Son 200 millones de pesos para su aplicación, pero sólo se beneficiará a 10 mil viviendas y a igual número de familias de Iztapalapa y Xochimilco.
Es una propuesta interesante. Las reglas ya están, salieron desde el Congreso local y las impulsó la presidenta de la Comisión de Gestión Integral del Agua, la morenista Guadalupe Solache. Pero en las otras alcaldías las cosas podrían seguir igual. Tláhuac, dominada también por la ola de Morena, se encuentra perdida entre la lucha de poderes entre las tribus de ese partido, y lo que menos importa es el agua para la gente.
