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Ciudad de México.– El avión de los New England Patriots, personalizado para aumentarle una rayita a aquello del más odiado, pues para muchos es un signo inequívoco de presunción, estaba listo para partir a Atlanta, sede del Super Bowl LIII.
Pero antes de tomar la aeronave, los Campeones de la Conferencia Americana (AFC) tuvieron un evento de despedida multitudinario ante sus fieles seguidores en el Gillette Stadium.
Según cifras de la escuadra de Massachusetts, unas 35 mil personas fueron parte de la verbena para darle buenas vibras al equipo, que busca el sexto anillo de Súper Tazón de su historia.
Incluso, en las imágenes que la organización compartió en todas sus plataformas digitales, se pudo constatar que muchos de los aficionados de New England llegaron desde la madrugada para ser parte de la ceremonia, a partir de las 4:00 horas.
El tercer viaje consecutivo de los Pats para ser parte del juego en el que se define al campeón de la NFL fue, en palabras de los protagonistas del mismo, el más espectacular de todos.
Y el quarterback, Tom Brady, se dirigió a los aficionados para cantar a coro Todavía estamos aquí. “Ésta es una multitud impresionante, es tremendo”, dijo el entrenador en jefe Bill Belichick, refiriéndose a los aficionados.
“Ésta es la mayor despedida que hayamos tenido”, agregó el histórico coach de los Patriots.
Otro de los que estuvo bastante animado fue Patrick Chung; el esquinero gritó al unísono con los fans: “Derroten a Los Angeles”.
SABOR AZTECA
En la otra cara, la de los Campeones de la Conferencia Nacional (NFC), Los Angeles Rams, éstos contaron durante su festín de partida con una buena cantidad de aficionados mexicanos y latinos, pues el área de california es una en donde se encuentran gran cantidad de connacionales.
Los Carneros se reunieron con los suyos en el sitio de la futura casa del equipo en Inglewood. Cientos de personas se presentaron para animar en el LA Stadium, en Hollywood Park.
La convivencia comenzó poco después de las 10:00 horas, con el entrenador Sean McVay, y jugadores como el pateador Greg Zuerlein. Johnny Hekker y la estrella defensiva, Aaron Donald, se turnaron brevemente en el micrófono entonando con la multitud: “¿De quién es la casa?”.