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Bien mirada, la música no es más que una secuencia de sonidos ordenados, una especie de encarnación del paso del tiempo a base de ruidos, silencios y ritmos.
Sin embargo, su poder para provocar reacciones emocionales en los humanos, desde la depresión al éxtasis, es tal que se ha convertido en piedra de toque de nuestro comportamiento como especie. Además del lenguaje, la capacidad para disfrutar de la música es una de las habilidades que nos diferencian de los animales. Los últimos hallazgos en neurología, psicología y biología parecen demostrar que escuchar melodías agradables no solo modifica nuestro estado de ánimo sino que puede tener una influencia positiva en el desarrollo cognitivo, e incluso en la salud.
