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Kate del Castillo llegó anoche a la Ciudad de México, después de dos años de vivir en Los Ángeles, en un autoexilio por el temor de que las autoridades mexicanas pudieran detenerla con supuestos argumentos que de una u otra forma le podrían ocasionar un problema grave tanto en la imagen como en su ritmo de trabajo, ya que sería dedicarle un tiempo a un tema judicial y no hay tiempos precisos para resolverlos.
Kate decidió regresar a su país confiada en este nuevo gobierno en el que puede realmente estar tranquila de que no va a ser víctima de cualquier atropello por parte de las autoridades, y que afecten su integridad física, además otro motivo fuerte es visitar a su familia y pasar estas fechas con ella.
El problema nace cuando Kate y Sean Pean visitaron México en 2016 para entrevistar a El Chapo Guzmán y negociar una película sobre la vida del narcotraficante.
Pero Kate fue traicionada por Sean, que se adelantó dando entrevistas a los medios norteamericanos sobre El Chapo, molestando a Kate y aparte de romper relaciones, se quedó en pausa el proyecto, lo más grave es que las autoridades mexicanas la consideraban como cómplice al no revelar el paradero del narcotraficante y pretendían indiciarla.
Sean Penn engañó a Kate para poder hacer la entrevista al narcotraficante más buscado. Desde entonces los actores rompieron su relación, Guzmán volvió a ser capturado y la mexicana fue acosada por el gobierno de Peña Nieto.
