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Por Fabiola Albarrán
Solo cuatro horas con 15 minutos duró su estancia en suelo tabasqueño, pues Luis Miguel solo aterrizó para presentar su concierto México por siempre, el pasado domingo en la ciudad de Tabasco, en el Estadio Centenario 27 de Febrero, y posteriormente a terminarlo, salió corriendo de inmediato al aeropuerto.
Su falta de calidez se reflejó en la taquilla del inmueble, pues el famoso intérprete no logró vender más que 8 mil boletos, lo que representa casi el 80% del aforo del Auditorio Nacional, pero lo que no se puede negar, es que los asistentes al concierto quedaron encantados con el renacer de El Sol.
El hecho de que Luis Miguel haya salido de inmediato del concierto para tomar su avión privado, podría tomarse como una actitud de desprecio a sus fans, pues no tuvo la atención de quedarse en el lugar para agradecer y tomarse las fotografías correspondientes, siendo recíproco con el cariño de los asistentes. En el avión privado en el que se trasportó el artista, con matrícula XA-HNY, llegó también su hermano, Alejandro Gallego Basteri.
Luis Miguel apareció en el escenario para ofrecer un show de dos horas, en el que tuvo tres cambios de vestuario y cantó con orquesta y mariachi. Acalorado, sudado y visiblemente cansado tras su presentación, a las 22:20 horas, el artista decidió partir de Tabasco.
Luis Miguel partió hacia el aeropuerto, en donde lo esperaba su avión privado para volar a Puebla, sitio en el que se presenta este día en la Arena Acrópolis.