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De Frente y de Perfil – Ramón Zurita Sahagún/Grupo Cantón
Nada más cercano a la realidad que la aplicación del refrán candil de la calle y obscuridad de su casa, al gobierno federal, el que cuida hasta el extremo la marcha de los migrantes centroamericanos y descuida la atención de los damnificados de Nayarit.
Tal vez la diferencia sea mostrar al mundo, la labor humanitaria de los gobiernos mexicanos y la interna, donde no es la primera ocasión en que dejan a su suerte a los afectados por fenómenos naturales.
Los migrantes ya cuentan con albergues en la CDMX y se convoca a la población para que acudan a los centros de acopio para ayudar con alimentos, medicinas y ropa en su estancia en la capital del país, donde incluso se les prepara una reunión con senadores.
Los damnificados de Nayarit reciben cero ayuda, a pesar de que el paso de los huracanes Willa y Vicente dejó inundaciones, deslaves, muertos y centenares sin hogar. No se trata de desproteger a unos para auxiliar a otros, sino mostrar la capacidad de respuesta con que se cuenta para atender las necesidades de auxilio.
La atención se centró en los migrantes que en número menor a las cinco mil personas recorren los caminos del sureste de México, olvidando a los afectados en Nayarit, que suman alrededor de los 180 mil damnificados, que requieren de ayuda y lanzan gritos de auxilio, sin ser escuchados.
Son muchos los días que transcurrieron desde que los fenómenos naturales asolaron Nayarit y la capacidad de respuesta del gobierno mexicano fue nula, aunque tal vez se deba a que la actual administración federal se va en un mes y ya no le interesa atender.
AGARRÓN en el Senado de la República entre legisladores de MORENA y del PAN por el tema de la cancelación del aeropuerto y la nueva sede en Santa Lucía, las acusaciones versaron de un lado sobre manipulación y del otro corrupción.