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Movimiento por legalización de la marihuana cobra mayor peso político

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El movimiento a favor de la legalización de la marihuana en Estados Unidos adquiere cada vez más peso político y éste será puesto a prueba durante los próximos dos años de la presidencia de Donald Trump, en medio de un creciente apoyo entre la opinión pública.

Algunos indicios han sugerido que el gobierno federal pasará a combatir la creciente industria de la marihuana resultado de la legalización, pero algunas expresiones del presidente han generado confusión, a la vez que favorables expectativas para los proponentes de la despenalización.

Aunque un total de ocho estados y el Distrito de Columbia legalizaron desde 2012 el uso recreativo y medicinal de la hierba y en otros 21 solo es usada con fines medicinales, aún está clasificada como una sustancia controlada bajo las leyes federales, y por ello su producción, comercialización y consumo son ilegales.

En enero pasado, el Departamento de Justicia rescindió una política adoptada en 2013 por la administración del expresidente Barack Obama para no interferir con las leyes estatales que han aprobado el uso del enervante con fines recreacionales y médicos.

En un memorando difundido por el procurador general de Justicia, Jeff Sessions, se argumentó que la tarea del Departamento de Justicia es hacer cumplir las leyes “y la ordenanza previa socava el imperio de la ley y la habilidad de las policías locales, estatales, tribales y federales” para cumplirla.

Sessions dijo que las agencias federales del orden utilizarán “principios de persecución previamente establecidos que les otorguen las herramientas necesarias para afectar a las organizaciones criminales, atacar la creciente crisis de las drogas e impedir el crimen violento en nuestro país”.

Sin embargo, su anuncio fue interpretado como un acto hostil hacia estos gobiernos y se produjo días después de que California legalizó las ventas de marihuana con fines recreativos, más de un año después de que el consumo fue aprobado por los electores en 2016.

Ante la postura de Sessions, Cory Gardner, senador republicano por Colorado, donde se legalizó la producción, venta y uso de marihuana con fines recreativos en 2012, anunció que buscaría un remedio legislativo para proteger esa decisión.

Gardner y la senadora demócrata Elizabeth Warren son autores de una iniciativa de ley para prevenir la interferencia del gobierno federal en los estados que han legalizado la venta y consumo de marihuana, aunque no está en claro si tiene el respaldo suficiente para ser llevada a votación.

El legislador republicano amenazó además con bloquear la confirmación de cualquier nominación al Departamento de Justicia si Sessions autoriza la persecución de los negocios de este rubro que operan en su estado.

Este último amago quedó eliminado después de que Gardner dijo haber recibido garantías del presidente Trump de que la industria de la marihuana en Colorado no sería atacada como resultado de la rescisión de la antigua política.

Trump había declarado antes que respalda los esfuerzos legislativos de Gardner, y en enero pasado dijo a un grupo de reporteros a bordo del avión presidencial: “probablemente voy a terminar apoyando eso”.

La postura del mandatario parece responder a un cálculo político derivado en parte de la reducida representación que los republicanos mantienen en el Senado, y los prospectos de que los demócratas puedan hacerse del control en las elecciones legislativas de noviembre próximo.

Este escenario cobra relevancia en momentos en que 64 por ciento de los estadunidenses apoya la legalización de la droga, según las más recientes encuestas de opinión.

El escaño de Gardner no estará en juego hasta las elecciones generales de 2020, pero la percepción de abandono de la voluntad de sus electores expresada en las urnas, frente al gobierno federal, podría tener un costo político y con ello poner en mayor riesgo el tamaño de la bancada republicana.

Aunque la postura pública de Trump pareció ir en contra de las intenciones de Sessions, recientes reportes de prensa han revelado que la Casa Blanca busca iniciar una ofensiva mediática, revertir la tendencia de apoyo público a la legalización.

El portal electrónico de noticias BuzzFeed News reportó en agosto pasado que la administración ha formado un comité inter-agencias con el propósito de enfatizar los aspectos más negativos de la droga.

Un funcionario de la Casa Blanca indicó en un memorando que el trabajo de las agencias y departamentos aglutinados en el llamado Marijuana Policy Coordination Committee (Comité de Coordinación de Política sobre Marihuana) será proveer “información significativa demostrando tendencias negativas”.

Un sumario de una reunión celebrada el pasado 27 de julio y dado a conocer por BuzzFeed News, dejó en claro la postura de la administración frente a la creciente aceptación pública a favor de la legalización de la marihuana.

“La narrativa prevaleciente sobre la marihuana en Estados Unidos es parcial, cargada hacia un lado e imprecisa”, indicó el documento.

Con información de Notimex.

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