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LAS VEGAS, NEVADA.– Utilizar la palabra robo en cualquier ámbito deportivo es dudar de la honorabilidad de los protagonistas, y esto va en contra de los aficionados mismos, quienes se apegan a ese concepto, sobre todo cuando viene de personajes públicos que podrían influir en sus pensamientos.
Robo en el deporte, imagino que entre los que lo dicen, alude a la injusticia, porque no es que el triunfo era de uno, y alguien llegó a robárselo.
En fin, lo que pasó el sábado de este lado de la frontera fue, de entrada, una gran pelea de boxeo, hay que aplaudirles a Saúl Álvarez y Gennady Golovkin, vaya peleón, como diría Julio César Chávez, entregaron ambos.
Los dos tuvieron buenos y grandes momentos, y la verdad es que se surtieron a placer, no quedaron a deber, pues el nocaut no es un desenlace tan fácil de lograr, sobre todo cuando se plantan guerreros como éstos.
Si alguien vio una batalla cargadísima del lado de GGG, y por eso sugieren que hubo un despojo, entonces está claro que estamos todos locos, pues al menos este servidor, vio una reyerta bastante pareja.
Si los que juzgan hubieran dictado empate, creo que no hubieran estado alejados de la realidad; sin embargo, desde esta trinchera, creemos que hubo dos rounds complicados de calificar y, tomando como referencia que esto es de apreciación, la nuestra es que fueron del Canelo, de ahí que pensamos ganó dos asaltos más que el kazajo, para quedar en ese renglón, 7-5.
Pocas de las voces que aseguran robaron a Golovkin, explicaron sus razones para escribirlo. Un Twitter contiene pocas palabras, es cierto, pero como un acto de responsabilidad, y porque son expertos, sería bueno que desmenucen, desde su óptica y con argumentos, en sus respectivos espacios, el asalto a Golovkin.