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LAS VEGAS, NEVADA.- Román Chocolatito González, hace no mucho, era estelarista, figura, de los que encabezaba las funciones, pero de pronto los tiempos cambian, porque los reflectores siempre apuntan hacia el cielo, no tienen otra dirección.
Dicen que el deporte tiene memoria corta, o que más bien muchas veces no tiene memoria, y ese rigor ahora mismo lo sufre el nicaragüense.
El del Barrio La Esperanza, en Managua, con un buen récord de 46 triunfos, 38 por la vía del nocaut, y sólo dos derrotas, precisamente por esos últimos descalabros, que fueron seguidos, tiene que picar piedra, recuperar credibilidad, comenzar desde cero para volver a instalarse en donde casi siempre se mantuvo.
Un desconocido Wisaksil Wangek, tailandés que más bien todos llaman Srisaket Sor Rungvisai Nakonl, le hizo ver su suerte y, de estar en el estrellato, hoy deambula como uno más, incluso entrenando de manera pública con los del respaldo de la Canelo vs Golovkin 2, en el casino del MGM.
Rungvisai, quien en la primera le ganó a base de cabezazos, para el segundo combate pudo hasta noquearlo, y dejando de lado el nombre, la goza con todo lo que significa ser Campeón del Mundo.
Ahora, Chocolatito intentará ante el púgil mexicano Moisés Fuentes escalar peldaños. Moi estuvo arriba, abajo, y hoy también espera retornar, porque el boxeo es igual de ingrato.
Fuentes, otro monarca en el olvido, aceptó subirse ante González aun cuando parecía en desventaja, porque igual entiende que las oportunidades escasean, de ahí que hay que tomarlas. El sábado, acá en la Ciudad del Pecado, también habrá pelea de resurrección. Reyertas de necesitados.