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Luis Carlos Silva
Grupo Cantón
Claudia Sheinbaum tiene el cien por ciento de su tiempo ocupado en la Transición y en la Reconstrucción, temas como la inseguridad, el narcotráfico, la violencia, los feminicidios, los secuestros exprés, la corrupción, la educación y el empleo esperan turno. De momento no hay agenda para otro tema que no sea éste.
El martes estuvo desde temprano en sus oficinas de la colonia Portales, llegó a las 09:25 horas y recibió a varios funcionarios de su gabinete. Después charló con José Merino, quien desde el 5 de diciembre será el nuevo Coordinador de la Agencia de Operación e Innovación Digital, la idea es poner al servicio tecnológico como punta de lanza.
Los medios de comunicación llegamos a la conferencia de prensa anunciada para las 12:45 horas, ahí hizo otro anuncio más de los tres que han merecido una convocatoria especial.
La futura ejecutiva estatal planteó estar a la espera de las propuestas de expertos abogados laboralistas para dar paso a la transición, esa que da inicio pasado mañana, 17 de agosto, en varias Secretarías.
Sheinbaum Pardo se hizo algo tras sus seis días de descanso, se ve diferente, el cabello tuvo un tratamiento especial, viste la mayor parte de las veces de negro o de gris Oxford. Su Coordinador para la Reconstrucción, César Cravioto, llega a sus oficinas para recibir indicaciones sobre cómo serán los recorridos por las delegaciones.
Sus colaboradores tienen la instrucción de coordinar los temas de Finanzas sanas, salud, y obras, pero estas parecen estar detenidas. Las lluvias en la CDMX parecen ir para largo y la futura Jefa de Gobierno canaliza sus esfuerzos en reconstruir lo que el PRD no pudo hacer en casi un año.
Los encargados de darle celeridad al tema de la entrega-recepción hasta ahora saben que el tiempo está encima y que no hay plazos que no se cumplan, ni deudas que no se salden.
Entrada la tarde, la próxima gobernadora espera los últimos reportes de las 17 Secretarias que están listas para entrar a la escena pública. Ellos tienen ahora que seguir con un solo objetivo, no hacer quedar mal a la segunda mujer que lleva el futuro de casi 11 millones de personas.
Sale de sus oficinas en el auto de siempre, con la intención de ir a tomar un café con sus amigos y su familia, esa que los propios políticos luego tienen que abandonar porque los asuntos de la Ciudad tienen una alta responsabilidad, la de escuchar a los olvidados, a los más pobres, a los ancianos, a los ninis, a las viudas, a las madres solteras. A los que no aparecen más que cada vez que hay una elección.