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Ellos a los 40, ayuda a tu esposo en crisis

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Suelen tener necesidad de experimentar y probar nuevas cosas; incluso puede surgir la idea de divorcio

En los hombres, la “crisis de los 40”, puede presentarse entre los 35 y los 45 años. Suelen sentir la necesidad de hacer, vivir, experi­mentar y probar. Tienen una se­rie de pensamientos irreales, que les dicen que es ahora o nunca, como si creyeran que la vida se terminará después de los 40. Por suerte no todos los hombres pa­san por esta crisis, que no tiene distinción entre solteros, casa­dos, con estudios o sin ellos y de cualquier nivel socio-económico.

En el libro “¿Qué le pasa a mi marido?, Viki Morandeira afir­ma que no todos tienen los sín­tomas, pero los más comunes y los que pueden ponernos sobre aviso para detectar a tiempo es­ta crisis son: el mayor cuidado personal, cambio de hábitos, ma­yor actividad deportiva, el estar constantemente pendiente del móvil, recibir mensajes y poner­se incómodo, la disminución del contacto físico y también del contacto sexual.

¿CÓMO AYUDAR?

Muchos no reconocen estar en crisis y no creen necesitar ayuda. Lo mejor que se puede hacer es ayudarles a ver sus pensamien­tos irreales, que expresen sus miedos y sus quejas.

Lo primero que debemos ha­cer es decidir qué queremos hacer. Si queremos ayudarle debemos asumir que también tenemos parte de responsabi­lidad, que no todo es nuestra culpa, pero que podemos ser la solución si damos los pasos ne­cesarios. Nos ayudamos si deja­mos de escuchar a quienes nos consuelan como si fuéramos las víctimas de ellos.

Causas

Una de las principales es creer que se encuentran ya más cerca del final que del principio de sus vidas, la muerte de un amigo puede ser también causa, la monotonía en la pareja, la baja autoestima en él, una depresión, no responsabilizarse de su falta de emociones, dejando caer la culpa en la pareja, demasiadas ocupaciones y poco ocio, etc.

La separación

Que una mujer luche para salvar su matrimonio es una decisión personal. En ningún momento creo que podamos imponer a nadie el rendirse o el continuar luchando. Cada mujer tiene que tomar esta decisión, porque será ella quien sufra y quien se haga responsable de su futuro. Morandeira aconseja intentar recuperar la relación por amor, porque lo que realmente deseamos es seguir tenien­do un matrimonio basado en el respeto mutuo. Por el contrario, si lo que se busca es no quedarse solos hay un error. Se debe luchar sólo si está dispuesta a perdo­nar, si está dispuesta a olvidar.

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