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Ciudad de México.-Mítica, clásica, neoclásica, moderna y ahora en transición, la Ciudad de México, como la región más transparente de Fuentes, como las crónicas de Novo, de Los Palacios de Spota, las mil ciudades de Pacheco, de la diversidad de Monsiváis, se mantiene y engrandece como la región más politizada de nuestra nación, casi estrenando su propia constitución, con sus libertades.
Y sin embargo, es mellada también por la violencia, y con ella, también enrarece el clima de la libertad de expresión y el derecho a informar y ser informado por parte de los periodistas y comunicadores a más de 22 millones de habitantes y circundantes en la Ciudad de México.
Catalogada como una ciudad santuario para el ejercicio de libertad de expresión, la capital dejó de serlo desde ya hace tiempo, quizá un lustro. Al término del segundo semestre del 2018, se habían tramitado 110 quejas de agresiones en contra de comunicadores, lo que ya ubicaba a la capital, como una de las ciudades más peligrosas para ejercer el periodismo, según un reporte de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México.
En cuanto al final de 2019, Artículo 19 ubica a la Ciudad de México como la segunda posición de alto riesgo para hacer periodismo, así tenemos: que los “cinco estados que registraron mayor número de agresiones en contra de la prensa fueron: Quintana Roo, con (26); Ciudad de México con (25), Guerrero, con (22); Oaxaca y Veracruz, con (19) cada uno. Es importante mencionar que los últimos cuatro estados, desde 2013, se mantiene como los más violentos”, precisa el informe.
Es indispensable aclarar, que el nivel de violencia aumenta en la CDMX en relación a las agresiones y amenazas físicas, golpes, acuchillamiento y una constante invasión en el espacio cibernético de los comunicadores con amenaza de muerte.
El último asesinato registrado, fue el perpetrado hacia el colega Rubén Espinosa Becerril, el 31 de julio del 2015, considerado un fotoreportero desplazado del estado de Veracruz, por motivos de la violencia ejercida por el exgobernador, Javier Duarte. Homicidio, aún no esclarecido. Un capítulo aparte merece el rubro de los periodistas desplazados hacia la Ciudad de México.
