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CIUDAD DE MÉXICO.– El café es un bien preciado en nuestra sociedad actual; nos relaja, reconforta y nos une con las personas cuando queremos conocerlas más. Un buen café debe servirse sin prisa, sin azúcar y beberse lentamente; es aquí donde surge la duda ¿En qué lugar podría beberse café así, de esta forma?
Lugares hay muchos, sin embargo, el ideal es “Café La Habana”. En sus muros se puede respirar lo antaño, el paso del tiempo lento, sin apresurar nada. Se respira grano de café tostado de la máquina que nos recibe en la entrada, y paz, mucha paz.
Tras pasar la entrada, nos transportamos 60 años atrás en el tiempo, donde la cafetería no solo sirve esta bebida, sino que también es un cómodo comedor donde se tienen otras especialidades, como sus tortas cubanas, sus chilaquiles y los viernes, un 2×1 en cervezas.
Desde 1952, el aroma del café acompaña a la colonia Juárez todas las mañanas, también a la gente que va a su trabajo, a los artistas que buscan inspiración y a, por supuesto, los amantes de elixir negro.
Inevitablemente hay preparados especiales para degustar el café, que según los meseros, es traído desde Chiapas, Veracruz, Puebla, Michoacán (y de los cuales, se puede pedir por kilo para llevar), como son el Café Bombón: Un expreso doble, cortado, ligeramente espolvoreado con café molido y leche condensada, del cual no sabían por qué se llamaba así, además del clásico café con leche, todo un especial recomendando.
Los viernes, suele haber más jóvenes dentro del establecimiento, ya que su promoción en cervezas llama mucho la atención, una comida generosa y de buen precio también dejan un buen sabor, tanto si vas de forma casual como si llevas a una cita para impresionar.
El punto fuerte, además del café, son sus historias, historias que forman toda un aura de relevancia en esta esquina. Dicen propios y extraños que muchas personas de renombre en los círculos artísticos pasaron sus mañanas aquí. (Continuará)
