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CIUDAD DE MÉXICO.– Un caso digno de una novela de suspenso es el del joven Adolfo López Villagrán, un estudiante de criminalística que realizaba su servicio social en la Procuraduría capitalina y que inexplicablemente participó en un operativo contra narcomenudeo en el Barrio Bravo de Tepito… de donde salió muerto.
Cuenta su familia que ese día él salió de su casa para trasladarse a las oficinas de la PGJ donde realizaba su servicio, sin embargo, se les hizo raro que no se comunicara y al buscarlo les informaron que se encontraba herido en el Hospital de Balbuena. Espantados se trasladaron al nosocomio para pedir informes sobre su estado de salud, pero cuando lo médicos salieron tan sólo fue para informarles que el estudiante de criminalística estaba muerto.
Fue así como salió a la luz que Adolfo, sin tener conocimiento en manejo de armas y tácticas policiacas, fue llevado a un operativo encabezado por la Fiscalía contra el narcomenudeo en una vecindad de la calle Estanquillo, en pleno corazón de Tepito, donde supuestamente se almacenaban drogas. En el lugar habían unas 15 patrullas, un Ministerio Público móvil y vehículos blindados, pero durante la acción policíaca un federal accionó “accidentalmente” su arma y lo mató.
Los federales intentaron ocultar lo sucedido, sacaron a Adolfo de la vecindad y se lo llevaron a Peralvillo y Eje Uno, donde fue metido a una patrulla y llevado al hospital.
INCONSISTENCIAS
El caso ya fue atraído por la Fiscalía de Homicidios, sin embargo, persisten muchas inconsistencias, pues familiares de la víctima aseguran que hacía su servicio social en la dependencia y no saben por qué estaba en un operativo, mientras la Procuraduría aseguró en primera instancia que era un elemento federal activo, pero luego se retractó y en un comunicado informó que Adolfo sí hizo su servicio en la PGJCDMX, y recientemente había sido contratado y era auxiliar administrativo en la Fiscalía Antinarcomenudeo.
