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Ciudad de México.- El pasado 3 de febrero, en el Mercedes Benz Stadium, casa de los Atlanta Falcons, parecía una oportunidad inmejorable para darle el golpe contundente a un legado que a muchos les incomoda; sin embargo, al final sucedió lo de siempre.
Para el Super Bowl LIII, otra vez los mentados New England Patriots fueron uno de los contendientes y, aunque enfrentaron a una escuadra fuerte, incluso con mejor récord, Los Angeles Rams, en el desenlace terminaron por levantar un trofeo Vince Lombardi más.
De la mano de una dupla que pareciera es imbatible: Bill Belichick-Tom Brady, el equipo de Foxborough se impuso en un juego por demás cerrado (3-13) a la organización angelina.
Y, para esta temporada, aunque cada año suena y se lee como un lugar común, los Pats deben ser anotados para llegar al duelo estelar, que ahora tendrá como sede el Hard Rock Stadium, casa de los Miami Dolphins, el 2 de febrero de 2020.
Y es que el nuevo talento que pondrá el entrenador en jefe, combinado con las grandes figuras que se han acostumbrado a conseguir anillos de Súper Tazón, como siempre, apuntan a pronósticos favorables para el actual Campeón de la NFL.
Referente a las bajas, sólo el sorpresivo retiro de Rob Gronkowski podría repercutir en el funcionamiento de unos Patriotas que, conociendo a Belichick, de igual forma ya deberá tener al sustituto ideal de este ala cerrada.
