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Para no ir más lejos, al menos desde el 1 de septiembre que Ricardo Monreal la coordinación de los senadores de Morena algo quedó muy claro: que no habrá intermediarios en su relación con el presidente Andrés Manuel López Obrador. Siempre línea directa.
Es por eso que Monreal ha rechazado a todo aquel que le plantea: “No, es que el López Obrador dice…” A todos la misma respuesta: “Yo trato directo con el presidente”.
Ayer lo refrendaron. López Obrador invitó a Monreal a desayunar en Palacio Nacional. Es un momento nada fácil en el Senado: el mismo día que se reconfirmó el bloque opositor de PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano. Son 51 senadores que pueden frenar cualquier reforma constitucional. El bloque gobiernista, Morena-PT-PES-PVEM, suma 76 legisladores. Para modificar la Carta Magna se requieren dos tercios, o sea 85 de los 128.
En el desayuno un tema destacado fue el de la Guardia Nacional. López Obrador dijo que estaba contento por cómo se aprobó por unanimidad en el Senado. Comentaron de las felicitaciones que recibió del extranjero porque no se militarizó al país.
Un momento menos agradable de la reunión fue cuando entraron al tema de las reformas constitucionales. Monreal fue claro: le dijo a López Obrador que muy difícilmente van a aprobarse sus iniciativas en los términos que las envíe al Congreso.
Monreal le hizo ver que los senadores de oposición, e incluso algunos de Morena, están muy molestos porque sintieron como una burla que enviara dos veces las mismas ternas para comisionados de la Comisión Reguladora de Energía (CRE).
AMLO y Monreal trataron otro tema más complicado. Esa historia, mañana
