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En el Gobierno Municipal de Naucalpan, que encabeza la morenista Patricia Durán Reveles, quien simplemente no encaja es el exdirigente nacional del PAN, Manuel Espino, aún con el súper cargo a modo que se creó, los golpes bajo la mesa son muy marcados, por lo que poco a poco, el grupo que comanda José Luis Durán, hermano de la alcaldesa, toma el control del barco.
Lo que Espino no ha considerado, es que su mismo equipo ha dado armas a sus enemigos políticos para que lo ataquen. Leopoldo Corona Aguilar, aquel gris tesorero que pasará sin pena ni gloria en Atizapán de Zaragoza y que llegó a soñar con ser candidato a la alcaldía; ahora en Naucalpan, a donde llegó de la mano de Manuel Espino, a ocupar el mismo cargo, ha impuesto cuotas a proveedores para pagarles pasivos de años anteriores.
La mano ejecutora es el subtesorero de egresos, Sergio Pérez Morales, quien también despachó en Atizapán. La cuota, nos dicen, es del 25 por ciento para programar pagos, y el argumento que les manejan es que es mejor perder una cuarta parta de lo que se les adeuda a perderlo todo. El cinismo es total.
LA DE HOY: Valdría la pena que la alcaldesa y Espino, se tomaran el tiempo de estudiar los perfiles de quienes ocupan las principales carteras, si lo hicieran, se enterarían que Corona dejó un desastre financiero a su paso por Atizapán de Zaragoza, con el panista Pedro Rodríguez, y donde después aspiró a ser alcalde.
Por cierto, una de las principales virtudes de Corona Aguilar no es precisamente la lealtad, así lo dicen panistas… Ojalá no se dé cuenta tarde Manuel Espino. Pero esa, es otra historia
