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abril 17, 2024

Qué tanto es Tantitito

El jardín de Octavio Paz

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LA PLAZA VALENTÍN GÓMEZ FARÍAS ES UN LUGAR DE UNA BELLEZA TRANQUILA, ES UNA PLAZA con un convento, una iglesia, un instituto de altos estudios y la casa del abuelo de Octavio Paz, Ireneo Paz. Cuando el poeta era un bebé y eran los tiempos violentos de la revolución mexicana, el padre de don Octavio decidió unirse al movimiento zapatista en compañía de Antonio Soto y Gama, ideólogo del zapatismo.

Por esa razón el premio nobel mexicano vivió en Mixcoac su infancia y primera juventud, rodeado de libros del abuelo, con quien platicaba de Benito Juárez, la Revolución, los Flores Magón, Porfirio Díaz, Zapata, Soto y Gama o Villa. De esa casa en la colonia San Juan Mixcoac, el poeta, para ir a la Preparatoria, tomaba el tranvía en la calle de Goya que lo llevaría al Centro de la Ciudad. En esa misma plaza, vecina a la casa del abuelo, está la casa de don Valentín Gómez Farías, que ahora es el Instituto Mora, un lugar para las investigaciones históricas.

En la huerta de la casa estuvo muchos años enterrado don Valentín, por razones políticas, fue activo durante la Independencia, diputado y representante del primer Congreso Constituyente en 1822, 1824, fue Presidente de la República, un liberal, por eso la iglesia le negó el derecho a ser enterrado en algún panteón.

Enfrente del jardín hay una iglesia, la de San Juan Evangelista y nuestra señora de Guadalupe, es del siglo XVII, dentro tiene un oleo de la Virgen de Guadalupe y una escultura de San Juan Bautista, un atrio bardeado con ladrillos, dejan huecos para ver a través de la barda.

En realidad desde siempre San Juan Mixcoac fue un pueblo, conserva mucho de ese aroma, el jardín tiene una fuente del siglo XVII, salta el agua y cae acompasada dando un ritmo de tranquilidad.

La casa donde vivió Octavio Paz, hoy es el convento de las hermanas dominicas, ellas compraron la propiedad del abuelo del poeta y hacen unos panecillos deliciosos, toque la puerta y saldrán unas monjitas y puede comprarles sus deliciosos panecillos o galletas, y a un costado sobre la calle Ireneo Paz, está una placita donde los vecinos hacen sus compras, está la tienda, la tintorería, etc. Digo, que tanto es tantito…

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