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Ciudad de México.– Leonardo Ramos, delantero de Lobos BUAP, ha llamado la atención por su cuota goleadora, desde su llegada a Cafetaleros de Tapachula en el Clausura 2018, entonces dirigido por Gabriel Caballero, en donde marcó 14 tantos en 21 duelos entre Liga y Liguilla, hasta su actuación con el conjunto poblano, al que llegó en la temporada pasada, en el que ha disputado 12 encuentros con la misma cantidad de goles.
Esta producción, y la escasa cantidad de goleadores nacionales, ha hecho pensar en Ramos como una solución en el ataque para el Tricolor, algo que ilusiona al argentino, pues él mismo lo aceptó en entrevista para la agencia EFE.
“México es una Selección de renombre y un país que me ha recibido de la mejor manera. He planificado mi vida para pasar bastante tiempo aquí, mi esposa está embarazada y haciendo trámites para registrar a mi hijo y sacar nuestra carta de naturalización. Si el Tri me llama, aceptaría con gusto”, refirió en la conversación el artillero sudamericano.
Sin embargo, los reglamentos de FIFA, modificados en 2008 para los jugadores naturalizados, le impiden a Leo formar parte del combinado nacional por lo menos hasta después del próximo Mundial Catar 2022.
El Artículo 17 de los estatutos del máximo ente rector del futbol en el mundo establece que: “Un jugador que desee una nueva nacionalidad y que no ha jugado futbol internacional, será elegible para jugar en el nuevo equipo representativo sólo si se cumple con una de las condiciones siguientes: Nacer en el territorio de la asociación en cuestión; su madre o padre biológico nacieron en el territorio de la asociación en cuestión; su abuela o abuelo nacieron en el territorio de la asociación en cuestión; el jugador ha vivido al menos durante cinco años, después de llegar a la edad de 18 años en el territorio de la asociación en cuestión”. Ramos, al llegar en 2018 a México, y no tener ascendentes nacionales, no podría jugar con el Tricolor, por lo menos hasta 2023, cuando se cumplan los cinco años de residencia en el país.
