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marzo 19, 2024

Al fondo

Perdonamos pero no olvidamos

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Por: Jertzael Molina

Hola a todos los lectores, es un gusto para mí poder expresarles a partir de hoy y todos los miércoles historias, crónicas y experiencias de la vida en la metrópoli. La Ciudad de México es un espacio pluricultural donde convergen diferentes formas de pensar, sentir y vivir. Aquí se manifiestan expresiones que van desde lo individual, pero también desde lo colectivo, de lo privado y lo público. Los ciudadanos que habitamos esta ciudad, nos reconocemos y nos identificamos con la cultura que aquí se manifiesta. Por eso, quiero compartirles la esencia de la ciudad y de las personas que aquí vivimos.

En la ciudad se manifiesta la cultura cotidiana: en los barrios, en las colonias, en escuelas, en los cerros. La cultura en la Metrópoli es el pilar que nos une como sociedad, la historia, las tradiciones, fiestas, verbenas o el patrimonio cultural, son características que se enlazan con cada uno de nosotros.

Caminar por Ciudad Universitaria, recorrer las facultas, centros de investigación, zonas culturales y demás es un deleite para los visitantes. Descubrir el Espacio Escultórico, caminar por los alrededores de la Biblioteca Central o del Estadio Olímpico y apreciar los murales que realizó Diego Rivera son de los recorridos que más disfruto hacer en la ciudad porque es uno de los espacios en donde se pueden realiza muchas actividades durante el día y más cuando hay eventos culturales.

Esta vez, me lancé en compañía de mis amigos al festival que realizó la UNAM con motivo de los 50 años del Movimiento Estudiantil de 1968 y celebrar, a su vez, el Día Internacional de la Música. Con este festejo que realiza la máxima casa de estudios nos hace recordar que la música es un lenguaje que no tiene fronteras y que desconoce raza, sexo, edad o condición social.

La música nos une como sociedad, nos hace bailar, reír, cantar y hasta llorar. Es el sonido que acompaña nuestras vidas, en sus notas conocemos nuevos sonidos y en sus letras nos reconocemos como humanos. Nos damos cuenta de los fuimos y de lo que somos como personas. Por eso, qué mejor manera de compartir y vivir nuevas experiencias que con la música, celebrar la paz y la amistad.

Dentro del circuito de CU, en el estacionamiento 3 del Centro Cultural Universitario (CCU) la tarde del sábado 06 de octubre se presentaron bandas como Lost Acapulco, La Banda Bastön, Lanza Internacional, Simpson Ahuevo, La Internacional Sonora Balkanera, Los Nakos, entre otros.

Una vez en el CCU, me percaté que toda la banda ya estaba en el escenario principal del festival, en escena estaba la banda Archi, un grupo argentino que toca música urbana. No conocía nada de su trabajo musical y no me atraparon con su sonido así que decidí moverme a la presentación de una edición especial de la Revista Marvin en un escenario alterno.

Conforme pasaba el tiempo, los jóvenes ganaban mayor presencia en el Centro Cultural, estaba claro que tenían toda la intención de pasar un buen rato y disfrutar una tarde llena de música, con presentaciones de stand up, o bien, con funciones de cine. Alrededor de las 15:00 horas, la temperatura marcaba 25 º C y el cielo se encontraba cargado de algunas nubes. El escenario estaba listo para el siguiente acto musical y esta vez tocaba el turno de Simpson Ahuevo.

Originario de Hermosillo, Sonora, Simpson Ahuevo destacó en la industria del hip-hop con su primera producción El Morroeste, que logró más de 10 millones de reproducciones en la web. Su presentación arrancó con la rola que lleva por título “Come Rap”, para después deleitar a sus seguidores con sus peculiares rimas.

La siguiente canción en su setlist fue “Fiebre”, la temperatura aumentaba entre la multitud y las ganas de sacar el “porro” no se hicieron esperar por parte de los asistentes pues cuando sonaron las primeras rimas de la rola “Blunt de guayaba”, los gritos y las manos arriba se manifestaron en la carpa del escenario principal.

Con la pipa de la paz encendida y las rimas de Simpson Ahuevo resonando en los oídos de los asistentes el festival de música la fiesta arrancó para lo que sería una jornada bastante plural en cuanto a sonidos musicales se refiere. Los foodtrucks que se instalaron en el estacionamiento quedaron vacíos cuando sonaron los acordes de la canción por la cual yo conocí a Simpson Ahuevo, Mextasis.

La banda universitaria enloqueció y coreamos al unísono las rimas que prenden a cualquiera. “Con la “S” te seduzco con la “I” te impresiono con la “M” te mato con la ” P” de pasión con la “S” de sol del verano con sudor y la “O” de olor de la “N” de esta noche”, versos que salían de nuestras bocas incitando a la acción.

“Ponte bien buena”, fue la canción con la que cerró su presentación Simpson Ahuevo, el dj que lo acompañaba le puso el toque final con un remix bastante bailable. El morro de Hermosillo agradeció con una sonrisa a todos los asistentes que nos dimos cita en el escenario principal para verlo rimar. Soltó el micrófono y bajo de las tarimas. Los espectáculos musicales y culturales continuaron en el recinto universitario hasta llegada la noche.

Desde el jueves 04 hasta el domingo 07 de octubre se realizaron actividades en los diferentes espacios que conforman el CCU. A lo largo de estos días la celebración de Música contra el olvido unió a la banda universitaria; los mensajes de conciencia evocaron el espíritu de lucha y sobrevivencia que ha caracterizado a diversas generaciones a partir del Movimiento Estudiantil del 68.

Con esta segunda edición del festival musical en la UNAM, las voces de los jóvenes conformaron un coro que gritó a favor de la conciencia crítica, la lucha por la libertad y la lucha por la defensa de las ideas.

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