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CIUDAD DE MÉXICO.- En la casa de transición donde despacha la próxima jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, Pedro llega temprano con su triciclo para ofrecer solamente dos productos: café negro y pan.
Después del 1, Pedro se percató de que en vez de seguirse de largo por la calle de Sevilla en la colonia Portales Sur, tenía que pernoctar, al notar que acudían muchas personas y la mayoría sin probar bocado.
Intentó quedarse una vez y no le fue tan bien, pero convencido de que más temprano que tarde iban a comprarle sus productos, insistió quedándose otros días más y oh sorpresa, el negocio pegó rápidamente.
Los capitalinos, hombres y mujeres en su mayoría de la tercera edad, llegan desde temprana hora a la casa de transición. Su esperanza es platicar personalmente con Sheinbaum.
Sin embargo, por salir temprano de sus hogares no pudieron desayunar, pero del otro lado de la calle donde se encuentra la casa de transición observan a Pedro, quien a través de gritos promociona su café y pan.
No hay mucho que pensar, varios de los ahí presentes se acercan a comprarle para mitigar el hambre, pero también para hacer más confortable la espera.
Otros aceptan que el tiempo es vital y prefieren dejar sus solicitudes de ayuda o la presentación de algún proyecto productivo para la Ciudad en manos de los colaboradores de Atención Ciudadana del Gobierno de Claudia Sheinbaum.
Se van, pero prometen regresar para tratar de hablar directamente con Claudia antes de que asuma la titularidad de la jefatura de Gobierno, porque saben que después del 5 de diciembre será más difícil pedir audiencia en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento.
También a la casa de transición llegaron trabajadores del Gobierno central para pedir la intervención de la exdelegada de Tlalpan, porque ganaron sus laudos que se llevaron más de diez años de litigio y ahora no les quieren pagar los daños y reinstalarlos.
